Entrevista realizada por nuestro colaborador Martín Pincén a Rosa Monzón, descendiente de guaraníes, quien lleva casi treinta años trabajando a beneficio de los vecinos del Barrio Obligado en el partido de San miguel. Sembrando los valores de solidaridad, respeto y sentido comunitario de la vida al igual que sus antepasados.

Los pueblos indígenas del todo el continente Americano, a lo largo de sus historia lograron establecer diferentes valores esenciales para poder llevar una vida en armonía y equilibrio, los cuales los identifican y diferencian de otras culturas. Muchos de estos Valores perduran en la actualidad, siendo de vital importancia el estilo de vida comunitario, la solidaridad, ser recíproco, respetar la naturaleza, los niños y los ancianos, entre muchos otros.

Un ejemplo de cómo aún se mantienen estos valores es el caso de Rosa Liana Monzón de 52 años, habitante de Barrio Obligado en el partido de San Miguel, a menos de una hora de la ciudad de Buenos Aires.

Rosa siendo descendientes de guaraníes, lleva alrededor de 30 años colaborando con los más necesitados.

¿Cómo fue su infancia?
Muy difícil, en realidad me crio mi abuela que era descendiente de indígenas, al igual que yo. Ella tenía costumbres del campo, especialmente en mitos y creencias.

¿Mitos cómo cuáles?
EL Pompero, el lobizón, u otros

¿Cómo eran sus padres?
Mi padre generalmente se encontraba bajo los efectos del alcohol, siempre tomaba.
Mi madre falleció cuando tenía 1 año y medio, de ella solo tengo historias y relatos como por ejemplo uno que fue antes de que yo nazca: dicen que cuando vio un helicóptero, siendo ella ignorante y hablante de poco castellano, creyó que este helicóptero era Aña (entidad maligna del mundo guaraní), y que venía a llevarse a mis hermanos y los hacía agarrarse de un árbol allá en corrientes para salvarse.

Otro relato también era que ella creía que los eclipses eran una batalla entre el sol y la luna que si ganaba el sol iba a ser todos los días de día y si ganaba la luna iba a ser todos los días de noche. Y después estaba siempre presente la creencia de que los pomperitos andaban a la siesta y a la noche.

¿Por qué tuvieron que venir de corrientes?
Porque mi mamá se enfermó, al nacer yo en nuestra casa, fue asistida por una señora que atendía los partos, que le decían comadre, y sin asistencia médica le quedó resto de placenta en su interior, provocándole una infección y por esos motivos tuvimos que venir a buenos aires desde Gral. Paz Corrientes en el 68 (año 1968).

¿Cómo sabe de su descendencia indígena?
Por mi abuela paterna que hablaba solamente guaraní y no castellano, no tenía estudios y yo entendía lo que ella hablaba, a la vez ella era muy sabia.

¿Cómo era su abuela?
Pese a su ignorancia era muy sabia día a día, era una persona que te hablaba siempre, te contaba historias, te enseñaba a través de las historias. Ella provenía de Brasil y falleció a los 78 años teniendo yo 14 años

¿A partir de los 14 años con quien quedo?
Quede viviendo solo con mis hermanas que ya eran adultas.

Siendo adulta: ¿Por qué sintió la necesidad de ayudar a los demás?
Primero que nada por una necesidad, propia

¿Cómo propia?
En el 89 (año 1989) fue mi primera experiencia como adulta de pasarla mal, con dos chicos a cargo y ver la necesidad de los vecinos del barrio que estábamos todos mal, un conjunto de personas en la misma situación. Pese a que el estado respondía no era suficiente, por ejemplo ollas populares muy pobres en comidas. A través de estas necesidades colectivas me di cuenta que juntarnos fue el camino, juntarnos los vecinos poner un poquito cada uno y resolver la comida día a día

¿Qué libros, autores o personas influyeron en su vida para iniciar o seguir la lucha?
En mi casa de chica nadie leía, así que yo no leía, a partir de los 14 con el contacto de otras personas puede empezar a informarme. En el 83 yendo a manifestaciones, sin saber que era me llamaba la atención de una persona que parecía un indio y le pregunto a un hombre ¿quién es? y me Respondió que era “El che”. A partir de ahí empecé a leer sobre él, e informarme más sobre el mundo.

A la hora de ayudar: ¿ha encontrado obstáculos a lo largo de estos años?
Sí, siempre

¿Cómo hizo para superarlos?
Luchando, el mismo obstáculo te lleva a seguir adelante.

¿Se ha rendido alguna vez?
Todos los días, pero al otro día hay que seguir luchando

¿Cuántos años lleva colaborando con los vecinos de Barrio obligado?
29 años

¿Cómo está compuesta su familia?
MI familia está compuesta por mi marido, siete hijos, 8 nietos, sobrinos, hermanas, hermanos, nueras y yernos

¿Actualmente qué actividades realiza?
Bueno trabajo en un merendero que creamos con el esfuerzo de muchas personas, en el hay una gran biblioteca, se dan cursos, clases, además soy una referente barrial, de organizaciones sociales, tratando de crear algo para ayudar, ya que estamos volviendo a malas situaciones, queremos armar más merenderos, ollas populares, para resistir a los ajustes. Del 2004 al 2015 estuvimos bien laboralmente donde nos pagaban con trabajos comunitarios como escuelas, salitas y plazas. Una gran experiencia donde nosotros nos movilizábamos por voluntad y colaboración con el otro, a nuestras necesidades para que nuestros hijos tengan escuelas mejores

¿Alguna vez le dijeron que su trabajo no servía o porque lo hacía sin nada a cambio?
Todos los días nos hacen sentir ese sentimiento

¿Quiénes?
El estado actual, los vecinos no, porque nos conocen, pero gente que no nos conoce si, el que no entiende lo que hacemos.

¿Cuál fue la respuesta de los vecinos que ayudó a lo largo de estos años?
Tenemos un pueblo tan inmaduro políticamente e ignorante, que te hacen sentir que les ayudaste, pero a veces te hacen sentir mal.

¿Por qué no para de luchar?
Porque sería rendirme a mis ideales

¿Cuáles son esos ideales y que espera para el futuro?
Un mundo más justo donde todos seamos iguales, que haya igualdad de género, igualdad de derechos e igualdad de trabajo.

Rosa la cual afirma que tuvo una infancia difícil, además de haber perdido parte de su cultura originaria como la lengua, costumbres, creencias y cosmovisión. A través de sus necesidades personales y de solidaridad, creó en ella una fuerza y voluntad, que la lleva a luchar por lo que ella cree que sirve para un mundo mejor: respeto, solidaridad y ser comunitario al igual que sus antepasados.

Por Martín Pincén
Fecha: 13/07/2018

Artículo sugerido: http://www.elorejiverde.com/cosmovision-y-espiritualidad/valores