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La Calavera Garbancera “nació” como ácida crítica social a principios del siglo XX a causa del enriquecimiento de los cultivadores de garbanzos frente la pobreza de los campesinos indígenas.

Su máxima popularidad llegó en 1947 cuando el pintor Diego Rivera la incluyó, con el nombre de Catrina, en un mural emblemático de la Ciudad de México. En la actualidad es una presencia obligada en el Día de Difuntos.Aquí, su origen y significado.

Sí, son muchos los pueblos que mantienen una amistosa relación con sus muertos, sean los partidos recientemente o los ancestros que dan identidad y pertenencia al grupo. Ninguno, sin embargo, lo hace con el espíritu festivo del pueblo mexicano, desplegado a principios de noviembre en grandes fiestas populares, llenas de coloridos personajes de fantasía, los alebrijes, y en ruidosos desfiles por las calles de las ciudades, con música y bailes por doquier y una característica distintiva: la abrumadora presencia de hombres, mujeres y muñecos con caretas de calaveras y ropas lujosas o disfraces negros con un esqueleto pintado. Son los infaltables y emblemáticos Catrines.

En México, como en todo el mundo cristiano, a fines de octubre y principios de noviembre se produce una suerte de concentración de energías macabras… Baste recordar que el 1 de noviembre es el día de Todos los Santos, o de las almas que salen purificadasdel purgatorio, y al día siguiente, el Día de Difuntos, se recuerda a los muertos de la familia.

Cabe señalar que la evocación de los difuntos existía en América desde épocas prehispánicas y perdura entre los pueblos amerindios en el culto a los ancestros o la extendida tradición de preparar, a fines de octubre, una mesa con comida para las almas de los muertos que bajarán en determinados días a la tierra para alimentarse, o de compartir comida, bebida y música junto a las tumbas adornadas con flores.

En el caso particular de México, la presencia de la muerte parecería naturalizada desde tiempos inmemoriales, cuando la vida humana, ofrecida en sacrificio a los dioses aseguraba la continuidad de la vida, la certeza de que el sol volvería a aparecer en el horizonte el próximo día; o en las antiguas pinturas y monumentos donde la figura de la calavera descarnada señalaba la ferocidad guerrera de personas y lugares; o en la violencia de la conquista europea como también en las sangrientas guerras civiles de la época postcolonial.

Es justamente en este convulsionado período, a principios del siglo XX, cuando “nace” la Calavera Garbancera como crítica social hacia los nuevos ricos de la época, los cultivadores de garbanzos, cuyo ascenso económico llegó acompañado de ostentación y lujo mientras líderes populares comoFrancisco Madero, Pancho Villa y Emiliano Zapata, entre otros, tras el derrocamiento del dictador Porfirio Díaz en 1910, luchaban entre sí a sangre y fuego por el control del gobierno.

Catrina, la frívola Calavera Garbancera

En aquellos años de desgarradora guerra civil, y mientras el campesinado seguía en condiciones de extrema pobreza, toda una clase social, los campesinos de origen indígena dedicados al cultivo de garbanzos, vieron prosperar su negocio a niveles inimaginables. Llenos de dinero, comenzaron a imitar a las elites sociales y a ostentar sus riquezas en mansiones, alhajas y vestimentas al estilo de las clases altas mexicanas, de tradición europea. A esta gente, que se mostraba en parejas en los lugares públicos lujosamente vestidosa la hora del paseo, ellas con sombreros, plumas y encajes y ellos de riguroso traje negro, se los llamó los Catrines.

El deslumbramiento de tanto brillo y ostentación no tardó en llegar, asimismo, al personal de servicio de estos señores, quienes a su vez comenzaron a imitar su porte y costumbres altaneras, marcando aún más las diferencias con las clases campesinas sumidas en la carencia y necesidades insatisfechas.

Es en este contexto donde, junto al fenómeno del corrido, canción popular que narraba las alternativas de algún hecho de guerra o la historia de algún héroe o bandido, desde el fondo de las imprentas surge, incontrolable, una forma de información y concientización social del pueblo analfabeto: grabadores y caricaturistas, muchas veces acompañando textos poéticos, se sirven de sus dibujos para explicar el caos y la tragedia de esos días sangrientos.

Desde la Gaceta Callejera y en los Corridos gráficos, hojas sueltas distribuidas gratuitamente, uno de esos dibujantes, José Guadalupe Posada, fue quien, a fin de ilustrar unos versos a propósito del Día de Muertos (conocidos como “calaveritas”) e ironizar sobre las diferencias sociales, crea la Calavera Garbancera. Este personaje consistía en el perfil de una calavera retratada del pecho para arriba, con una sonrisa satisfecha en su boca descarnada bajo un sombrero con plumas y flores, aunque manteniendo unos moños detrás de sus orejas, al estilo de las empleadas domésticas en alusión a todas las “venidas a más”, fueran amas o sirvientas. Y a la desigualdad que se borra con la muerte.

La Calavera Garbancera fue creada en 1912, poco antes de la muerte de Posada, quien no llegó a verla publicada, pero fue uno de sus admiradores, el famoso pintor muralista Diego Rivera, quien la rescató en 1947 al incluirla en su mural “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central”, que, sobreviviendo al terremoto de 1985, luce en la actualidad en la Plaza de la Solidaridad de la Ciudad de México.

En este mural, Diego Rivera aparece, como niño, en compañía de unos 100 personajes históricos de su país, escoltado por su esposa, la pintora Frida Kahlo, y de la mano de la Calavera Garbancera, quien, con su otra mano toma el brazo de Posada. Aquí, la Garbancera aparece de cuerpo entero, con ropas elegantes e irradiando sofisticación, convertida en una dama de la alta sociedad ycon su nuevo nombre de Catrina en alusión a los catrines socialmente arribistas.

Desde entonces, la popularidad de la Catrina no ha cesado de crecer. Tanto que con su nombre se bautizó el devastador huracán que en 2005 arrasó la ciudad de Nueva Orleans en Estados Unidos y numerosas islas del Caribe. Un fenómeno de la naturaleza, donde la vida renace cíclicamente después de la muerte y se convierte en metáfora del Día de Difuntos en México, donde las Catrinas y su parejas, los Catrines, multiplican su sentido social y existencial con la alegría de la fiesta, tan liberadora e igualadora como la propia muerte.

Por María Ester Nostro
Fuentes:
Pérez Reverte, A. Revolución, una novela. Edit Alfaguara, 2022,
CABAhttps://www.gob.mx/siap/articulos/la-catrina-icono-del-dia-de-muertos-en-la-cultura-mexicana?idiom=es
https://www.milenio.com/cultura/catrina-historia-origen-personaje-mexicano-muertos
Fecha: 27/10/2023

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