Solsticio De Verano En El Norte. La Danza Del Sol

En los cuatro días y noches de luna llena del mes de junio, próximos al solsticio de verano en el hemisferio norte, los pueblos de la llanuras norteamericanas, en especial los lakota (sioux), cheyennes, crow (cuervos) y shoshones, realizan la Danza del Sol.
Es la ceremonia anual en que elevan su espíritu a Wakan Tanka, el Gran Espíritu o Gran Misterio que está en todas las cosas sin ser ninguna de ellas en particular.
Se trata de un gran encuentro comunitario donde cientos de personas danzan sin comer ni beber durante cuatro días alrededor de un gran tronco de álamo con distintos objetivos: búsqueda de la Visión que dará sentido a su vida, procura de habilidades para la caza o la lucha, adquisición de poderes curativos, dar gracias por lacuración de una enfermedad o evocar la memoria de los antepasados, pero siempre con la finalidad de conectarse con lo sagrado en un acto de renovación espiritual a nivel personal y comunitario como también de regeneración de la naturaleza.
Dice la tradición que esta ceremonia fue enseñada por Ptesan Win, la Mujer Búfalo Blanco, cuando otorgó las siete ceremonias sagrados a los sioux, por lo cualsiempre la Danza esprecedida por el ritual de la Pipa Sagrada y el Inipi, o purificación en la tienda de sudar, a cargo de los Pejuta Wichasa, Hombres Medicina, responsables de la Danza como susautoridades máximas.
La Danza del Sol (wiwanyakwachipi, bailar mirando al sol) no es un hecho aislado, sino la culminación de las oraciones rituales que los Hombres Medicina de cada pueblo elevan diariamente con la Pipa Sagrada en las cuatro direcciones, a la tierra y el cielo al amanecer. Y también de las ceremonias mensuales oficiadas cada luna llena donde se ora alrededor de un fuego cuyo humo elevará las plegarias al mundo de los espíritus.
Preparando la Danza
En una tarea casi exclusivamente femenina, se corta el álamo (wagachun o árbol murmurante) más alto cuyo tronco oficiará de eje central, o centro del Universo, en el medio del recinto ceremonial. A su alrededor se plantan 28 postes (por los 28 días del mes lunar, las 28 costillas de Tatanka, el bisonte sagrado y las 28 plumas de águila de los penachos de los guerreros). Encima de cada poste se coloca una vara que va a unirse al poste central, también considerado el Árbol de la Vida, formando la cabaña ritual que cobijará a los danzantes así como otros objetos ceremoniales al pie del eje central: corteza de sauce rojo, un cráneo de bisonte, plumas de águila y silbatos de hueso de esta ave, una piel sin curtir con forma de estrella de cinco puntas (la estrella del amanecer)y otra piel en forma circular simbolizando el Sol en el rojo pintado en todo el borde y el Gran Espíritu en el azul de su interior.
En todo el recinto se esparcen asimismo hierbas como la salvia, que ayuda la limpieza y purificación espiritual; el cedro, evocando a los ancestros y dando fortaleza a los danzantes y el tabaco, como una ofrenda a los espíritus y ayuda en la comunicación con el mundo espiritual.
La ceremonia
En cada madrugada, el jefe de la Danza ora por las tribus y toda la creación mientras los danzantes entonan cantos sagrados al ritmo del enorme tambor de las praderas -corazón del universo, la voz de Wakan Tanka y latir de la vida en todos los seres- batido al unísono en forma monótona durante los cuatro días.
Los bailarines se ajustan a este ritmo al son de los cantos al tiempo que oran al Creador en un continuo ir y venir hacia y desde el eje central. Todos ellos soplan constantemente unos silbatos de hueso de águila, lo que aumenta su sed. Algunos, agotados, colapsan o toman un breve descanso asistidos por sus mentores -hay que señalar que cada participante primerizo en cualquiera de las ceremonias iniciáticas es preparado y asistido por un guía espiritual- aunque sin permitírsele comer o beber. Estos guías interpretarán luego la Visión o las vicisitudes experimentadas durante la Danza.
En algunos casos, ya en el segundo día de la ceremonia los espectadores de fuera del recinto se acercan a los danzantes con ofrendas de tabaco y salvia en busca de sanación, pues la sola participación en la Danza, si bien no necesariamente otorga poderes curativos, ubica al suplicante en un estatus especial con respecto al resto de la tribu y le permite “sanar” lo negativo tomándolo en la punta de un ala de águila o de una pluma y arrojándolo al viento mientras eleva su oración.
La culminación de la ceremonia se manifiesta sin embargo recién en el cuarto día, cuando ocurre el acto sacrificial del suplicante, la Perforación, en la entrega de su carne y su sufrimiento al Gran Espíritu: sobre una piel de bisonte, junto al poste central, un Hombre Medicina realiza a cada danzante dos cortes paralelos encima de las tetillas para luego introducir por cada uno de ellos, en forma de traba, sendas garras de águila o pequeñas barretas de hueso donde se anudan las correspondientes cuerdas sujetas al poste.
Atados, los hombres recomienzan su danza, acercándose al eje mientras oran para luego retroceder por tres veces sin darle la espalda hasta tensar la cuerda al máximo. En el cuarto recorrido termina echándose hacia atrás con toda su fuerza para arrancar la carne de su pecho y liberarse del poste.
Los cánticos, el sonido del tambor y las danzas terminan cuando el último de los suplicantes se ha liberado y es retirado por los hombres Medicina para la curación de sus heridas. Es el momento sagrado en que los enfermos acuden a ellos para ser curados por imposición de sus manos: mientras sus heridas estén frescas, estos hombres tienen el poder de los pejutawicasha, los que tienen el poder de cura.
Lo mismo sucede con quienes deciden, en cambio, arrastrar cuatro calaveras de bisontes atadas a las trabas ensartadas en la espalda y el pecho, o atándolas a cuatro caballos que tirarán de las correas en las cuatro direcciones hasta producir el desgarro.
Como cierre de la Danza se trasladan todos los objetos rituales –a excepción de los silbatos de hueso de águila- al centro del recinto, al pie del poste ritual, donde la calavera del bisonte ocupa el lugar más visible. Un ciclo ha terminado y todo se devuelve a la Madre Tierra.
Dentro del Inipi, los danzantes fumarán más tarde la Pipa Sagrada mientras escuchan las palabras del jefe de la Danza del Sol: “Gracias a sus acciones, hoy se ha reforzado el círculo de nuestra nación. Han construido un centro sagrado que estará siempre con ustedes y han creado un parentesco más estrecho con todas las cosas del Universo”
En otras palabras, se ha cumplido con el objetivo integrador de los pueblos de las praderas.
Por María Ester Nostro
Fuentes:
Lame Deer, Archie Fire, Erdo es Richard. El don del poder. Vida y enseñanzas de un hombre medicina lakota. Edit. Hesperus, 1998, Santa Fe, NM, EUA
Brown, J.E. El legado espiritual del indio americano. Edit. José Olañeta. 1983, Barcelona.
https://nativo-america.com/la-danza-del-sol/
https://medicina-alma.blogspot.com/la-religion-sioux-y-la-danza del sol
Fecha: 13/06/2025
- Fuente
- Escrito por María Ester Nostro
- Categoría: Buen vivir