Una reflexión sobre los recientes hechos violentos intentando ir más allá de la falta de información, la ignorancia o la mala intención, a fin de entender un poco más de los pueblos originarios

En los últimos días recrudecieron los hechos violentos en la zona de Cushamen, Chubut, producto del enfrentamiento entre miembros de la comunidad Pu lof en Resistencia a la que pertenece el lonko Facundo Jones Huala –detenido nuevamente desde fines de junio- y fuerzas de seguridad especialmente la Gendarmería.

Estos hechos se han trasladado la semana pasada a Buenos Aires, con grupos de manifestantes que destruyeron instalaciones de la Casa de Chubut y antes de ayer en que una nueva movilización realizó destrozos varios en la zona de Congreso.

En ambos casos los manifestantes no solo reclamaron por la libertad de Huala sino por la aparición con vida de Santiago Maldonado, un artesano del Bolsón que permanece desaparecido desde el 1ro de agosto en que se produjo el enfrentamiento mencionado en las inmediaciones de la comunidad. Los indígenas dicen que la Gendarmería lo aprendió y se lo llevó, mientras que esta fuerza lo niega. Lo cierto es que hasta el momento Maldonado no aparece y este es un hecho gravísimo para la democracia que el Estado debe esclarecer a la brevedad.

Facundo Huala, los mapuches y los pueblos originarios

Desde estas páginas hemos venido siguiendo los avatares que ha sufrido desde hace muchos meses Facundo Jones Huala, sus persecuciones y detenciones. Hemos hablado de la justicia de sus reclamos que se enmarcan en la legitimidad de las reivindicaciones históricas de los pueblos indígenas en general y de los mapuches en particular. Hemos mencionado su adscripción a la organización RAM (Resistencia Ancestral Mapuche). Sin embargo no compartimos su metodología violenta.

Si queremos expresar en este punto que Huala pertenece a un sector –por ahora mínimo al parecer- del pueblo mapuche, lo cual no obsta para aclarar que en estos días ha vuelto la cantinela desde muchos sectores retrógrados de que “los mapuches son chilenos y no tienen derecho a reclamar nada”. A esta altura de los acontecimientos esta cuestión no resiste el menor análisis. Los actuales límites políticos de los Estados nacionales y aún los supuestos límites naturales como la Cordillera de los Andes, no lo fueron –ni lo son- para los pueblos indígenas que vivían y viven en otra territorialidad, en vastos espacios de intercambio y encuentro. La misma Constitución Nacional lo reconoce al hablar de “pueblos preexistentes” es decir anteriores a la formación de los Estados.

Es más, la presencia del pueblo mapuche en lo que hoy es el territorio argentino está demostrada desde mucho tiempo antes del siglo XVI. Por lo tanto su condición de pueblo originario para nosotros esta fuera de discusión.

Ahora bien, Jones Huala propone a los hermanos indígenas una lucha heroica por la recuperación de las tierras ancestrales a nombre de todo el pueblo mapuche que él dice representar. Se ha ganado el respeto de muchos hermanos por ello, ya que es consecuente con su discurso, poniéndole el pecho a su causa.

Pero vienen a nuestra mente las siguientes preguntas: ¿Por qué el mundo mapuche lo deja solo? Nadie de las comunidades sale a respaldarlo. ¿Por qué se instala a 150 km de Cushamen que no es su territorio ancestral?, el no puede reclamar tierras que no son de su comunidad y si lo son de las comunidades propias del lugar. ¿Por qué el decide avanzar individualmente con el conflicto cuando todas las comunidades de la zona quieren la paz? Antes de ayer hubo una marcha por la paz en El Maitén y el día anterior hubo que salir a contener a los hermanos y a los “blancos” racistas que estaban a punto de generalizar el conflicto. ¿Quién gana con el enfrentamiento?

No a la violencia

¿Están preparados los indígenas para una lucha como la que propone el lonko Huala? No solamente no están preparados sino que no la quieren. Lo contrario sería un suicidio y darle la posibilidad a los que aún son enemigos de los pueblos originarios de aplastarlos nuevamente.

Los pueblos indígenas saben muy bien la violencia que han sufrido por generaciones. Los exterminios, los genocidios, los etnocidios, las destrucciones comunitarias están aún frescas en la memoria colectiva. Ellos saben muy bién que el camino de la violencia en un contexto como el actual es algo superado, un camino que también supieron ejercer cuando defendieron sus territorios y sus culturas frente a la invasión española primero y la del Estado argentino después.

Por estos días se ha mencionado en muchos lugares y tribunas de opinión y se ha generado temor con un supuesto proyecto de secesión de los Estados chileno y argentino y la creación de una Nación Mapuche. Puede ser que esta idea esté en algunos grupos indígenas pero es minoritaria. Incluso es posible que esté fogoneada desde sectores de los propios gobiernos nacionales como para justificar ulteriores represiones.

Frente a estas elucubraciones se opone una vez más la realidad: los distintos procesos de autonomía de pueblos indígenas que ya se han concretado en América hasta el momento (Nicaragua, Panamá, México y Canadá) se han llevado a cabo con marcos legales consensuados en donde está clara la pertenencia de cada una de esas Autonomías a los respectivos Estados nacionales

El mismísimo movimiento maya zapatista de México surgido en 1994 fue criticado en su momento por algunas ideólogos de la izquierda dogmática porque el Sub comandante Marcos enarbolaba la bandera mexicana… Claro, para muchos revolucionarios de biblioteca es muy fácil emitir opiniones rimbombantes sobre lo que hay que hacer, total no es su cuero el que está en juego, sentados cómodamente frente al televisor. Debemos ser cuidadosos, y no pedirles a los demás lo que uno no tiene.

El mensaje de los pueblos indígenas

La Argentina tiene hoy más de treinta pueblos originarios con una cifra estimada en los dos millones de personas, con una variedad de culturas extraordinarias a lo largo de sus más de trece mil años de historia, que han logrado sobreponerse a las crueldades de sus invasores y conquistadores.

Muchos de esos pueblos pasan por situaciones todavía críticas en materia de salud, educación, tierras, destrucción del medio ambiente, discriminación, todo producto de una sociedad nacional que en su expansión descontrolada los ha negado y degradado. Sin embargo muchos otros están en sus territorios, desarrollándose en sus comunidades, celebrando sus ceremonias, reavivando la llama del legado ancestral de sus Mayores. Todos están caminando sobre sus propios pies.

Sería interesante que el gobierno nacional, los gobiernos provinciales, la clase política, los medios de comunicación y la sociedad en general tomara consciencia y tuviera en cuenta todo este amplio marco que son los pueblos indígenas en Argentina y poner asi en su debido foco episodios violentos como los que nos ocupan, evitando las denostaciones y generalizaciones insultantes tales como “el terrorismo mapuche” que por estos días hemos escuchado.

Sería interesante que se informe debidamente de la diversidad cultural de estos pueblos, de su arte, de sus profundas filosofías de vida, de sus valores, esos que hoy ya son un mensaje para todo el mundo: el cuidado de la Madre Tierra, el respeto por los mayores y los niños, la espiritualidad, la conexión con el Universo, el sentido comunitario de la vida.

Esperamos que el Estado y gobierno argentino hagan lo suyo, respetando de una buena vez a los pueblos indígenas, cesando todo tipo de represión y haciendo cumplir sus legítimos derechos. Es hora de que el Estado y el gobierno se ocupen de facilitar la vida de los pueblos originarios y no ser una parte del problema.

En cuanto a los hermanos indígenas estamos convencidos que seguirán en su eje, en su camino labrado trabajosamente por ellos mismos, desde el tiempo de los Antiguos, proponiendo ese mundo donde quepan muchos mundos.

Deseamos que el lonko Facundo Jones Huala y los hermanos que lo siguen puedan encontrar un camino que les de la justicia y tranquilidad para él y sus familias. Y por sobre todas las cosas que Santiago Maldonado aparezca con vida.

Por ElOrejiverde
Fecha: 9/8/2017