Un viaje por varios pueblos de la quebrada, en busca de la autodenominada “Biblioteca Nativa del Pueblo Aborigen de Uquía”, llevó a nuestro corresponsal a conocer el pensamiento de verdaderos libros vivientes sobre la cultura.

En Uquía, pueblo de artesanos y agricultores ubicado en el departamento de Humahuaca, provincia de Jujuy, estuve buscando recientemente las huellas de la autodenominada “Biblioteca Nativa del Pueblo Aborígen de Uquía", de la que tenía escasas referencias, se trataba de una biblioteca fantasma de la que no se sabía que servicios ofrecía, que colecciones formaban parte de su acervo, que representación tenía en la comunidad. Se tiene conocimiento que en este pueblo del norte argentino viven cerca de 500 paisanos, descendientes directos de la cultura indígena, cuyos antepasados confrontaron con los Incas hasta quedar sometidos al vasto imperio naciente, recorrer sus calles de tierra sigue provocando un embrujo muy particular, allí ciertamente el tiempo no pasa, en un barrio inmerso entre coloridos cerros que pareciera estar esperando siempre la llegada del carnaval.

Encontrar la biblioteca fue producto de la causalidad, cuando llegué a la calle Viltipoco, a pocas cuadras de la legendaria iglesia de San Francisco de Paula, me encontré con la biblioteca sin el cartel tal como figuraba en la fotografía de un blog, el cambio de color en la pared a la altura del cartel dejaba en claro que la biblioteca había sido mudada, bastó una leve consulta a las personas del barrio para dar con la persona que estuvo detrás de este proyecto, un hombre llamado Leonides Guzmán, agricultor, con intereses en filosofía, metafísica, parapsicología, electrónica, energías renovables, que se hizo famoso en la zona por producir frambuesas en la altura de excelente calidad, fue este señor quien me indicó donde estaba la nueva biblioteca, aunque aclarándome que no estaba accesible al público. De mi parte pensaba simplemente recabar información para posteriormente intentar conocer la biblioteca por dentro, pero lo conversado con Leonides me hizo dejar todo a un lado, por el asombro que me generó su historia de vida. Se trata de un verdadero libro viviente, con conocimientos profundos de cuestiones que podríamos clasificar dentro del contexto de la espiritualidad, que lo llevó a viajar al Tibet y trabar relación con guías sherpas, y conocer a personas como el Dalai Lama e Indra Devi, además de haber conocido maestros en Japón, y de tener relación con chamanes y curanderos de diferentes países latinoamericanos, recuerdo incluso haber escuchado sobre la visita de un brujo de Nueva Guinea, que lo quiso conocer por su entendimiento sobre viajes astrales y experiencias extracorporales, en especial lo que implica el tomar conciencia del poder que representa el controlar y dominar energías.

Estas personas se cruzaron en su camino por distintos motivos, pero hubo uno que lo llevo a investigar en el propio territorio, la existencia, dentro del sendero de la Quebrada de las señoritas, de un campo energético que conforma la llamada “Serpiente de luz", que se extiende hasta la provincia de San Juan y cuya cabeza se encuentra en Uquía, en este punto Leonides relató que si bien se conocen muchos centros energéticos en el mundo, en nuestro país solo dos espacios han sido avalados por mediciones científicas: el conocido “bosque energético de Miramar” y el ubicado en Uquía (incluso desde la NASA algunos geólogos han visitado esta parte del norte argentino corroborando mediciones llamativas en relación al magnetismo terrestre). Leonides, consciente de las particularidades del territorio, consultó e invitó a chamanes mexicanos, maestros tupi guaraníes de Brasil y hasta una experta alemana en el manejo de energías con las manos, quienes coincidieron que lo vivenciado en Uquía refleja un caudal de energía pocas veces experimentado.

A esta altura la biblioteca pasaba a ser un tema secundario, sin embargo pudimos cruzar algunas reflexiones sobre la poca importancia que tiene en el pueblo, no tanto la desvalorización del espacio, sino el poco uso que le dan, aún siendo conscientes que cuentan con una colección de libros que superan los 500 volúmenes.

Decía Leonides que a nadie la importan estas cosas, incluso el entendimiento de los vocablos en lengua materna es ajeno a buena parte de la población, por referencias que pocos se han puesto a analizar, la palabra “Uquía" tiene diversos significados, proviene de la lengua quichua, de la palabra "Okhuyay", que significa “ponerse profundo o tener hondura” pero también: “bebida potable”, otras interpretaciones lo especifican como “ángulo”, “rincón” o “sitio muy estrecho”, según algunos pobladores el término significa en quechua “oveja”, sin embargo para Leonides tiene un significado más profundo: “cueva", que remite al tipo de vivienda que los antepasados uqueños tenían entre los cerros, con el tiempo estas excavaciones en la tierra fueron reemplazadas por casas de piedras al estilo andino, del cual se conservan algunos restos. Da la impresión que son pocos los que entienden y valoran estas cuestiones que hacen a la identidad local.

En cuanto a la biblioteca, los datos que tenía recabados (gentileza de Mirta Pérez Díaz), me llevaban a una bibliotecaria, Sandra Benedetti, quien en 2007 crea la casa Intiwatana, incorporando más tarde una pequeña colección de libros dentro de un hostal, Leónides Guzmán reconoce la ayuda de Sandra con el material librario, que le permitió formar en 2012 la llamada “Biblioteca Nativa”, se trata de la biblioteca de un pueblo indígena sin historia registrada, en donde los libros, propios de cualquier biblioteca pública o popular, son para el acceso a los vecinos y especialmente los alumnos de las escuelas rurales, que se encuentran bordeando las rutas, pero solo eso, por el momento no cuenta con fondos orales ni documentos de la propia comunidad, no se registran servicios bibliotecarios específicos de la cultura o participación en redes comunitarias, lo que hay en los estantes, exceptuando pocos libros de escritores locales, no es diferente al acervo bibliográfico que pueblan las diferentes bibliotecas de la quebrada humahuaqueña.

Entonces sucedió algo imprevisible, fui a tratar de encontrar la biblioteca caminando por el barrio, a la distancia vi a un hombre arreglando el arco de una cancha de fútbol (perteneciente al Club Defensores de River Plate de la localidad de Uquía), le pregunté por la biblioteca y me dijo que estaba a mis espaldas, y que era el presidente de la misma, no había otra persona presente en varias cuadras a la redonda, y además tenía las llaves de la biblioteca, si eso no es causalidad no sabría qué nombre darle.

El actual Presidente de la Biblioteca Nativa se llama Marcos Calapeña, me contó que no tienen luz eléctrica, que por ese motivo la biblioteca no está abierta a la comunidad pero que esperan para los meses de marzo y abril poder cumplir con los requerimientos municipales que les permitan contar con un bibliotecario. Hasta el momento recibieron donaciones de computadoras cuyos componentes están apilados sobre un mueble metálico, el espacio es amplio, cuentan con los planos, pero aún faltan firmas y sellos para poder estar habilitados para el servicio. Lo importante es la buena voluntad que expresan para poder ofrecer un servicio al pueblo de Uquía.

No deja de ser una buena noticia, ojalá la nueva biblioteca logre representar la identidad de su gente.

Por Daniel Canosa. El Orejiverde
Fecha: 8/2/2019

Fuentes consultadas:

Vidas consagradas: Leónides Guzmán
https://www.youtube.com/watch?v=3bka9Hbn-cY

Leónidas Guzmán
Productor de frambuesas en la altura
https://www.eltribuno.com/jujuy/nota/2018-12-4-1-0-0-productor-que-cultiva-frambusas-en-la-altura

Periódico El Apogeo
Uquía y el secreto de la Quebrada de Humahuaca
http://www.periodicoelapogeo.com.ar/site/uquia-y-el-secreto-de-la-quebrada-de-humahuaca/

Bosque energético Miramar
http://bosqueenergeticomiramar.com/bosque/