En el horizonte del concepto Biblioteca Indígena siempre aparece como ejemplo la Biblioteca Museo Maguta del pueblo Ticuna de Brasil, lo que pocos saben es que detrás del concepto se esconde un nombre propio que llevó hasta límites insospechados el entendimiento de la identidad cultural indígena.

El patrimonio cultural de una comunidad, que muchas veces bajo la imagen de la museología, parece diseñado para ser apreciado “desde afuera”, guarda un conocimiento endógeno que tiene vinculación con la memoria, la lengua y las expresiones artísticas de una cultura oral determinada.

Lo que en ocasiones queda lejos de esta forma de comprensión, es el desarrollo comunitario que implica asociar un artefacto con una utilidad social, un documento con una verdad, un puente desde donde discutir diferentes realidades para poder interpretar el complejo alcance de la identidad nacional de un pueblo o nación.

En Brasil, la población indígena cuenta aproximadamente con 896.900 persona (0.4% de la población total del país), distribuidas entre 305 grupos étnicos, el 36, 2% vive en áreas urbanas y el 63, 8%, en áreas rurales. Las tierras con comunidades habitadas representan el 12,5% del territorio brasileño (alrededor de 106,7 millones de hectáreas), donde viven 517,4 mil indígenas (el 57,7% del total).

El Gobierno ha reconocido 690 territorios para sus habitantes indígenas, que abarcan aproximadamente el 13% de la superficie del país. En seis de estas tierras, habitan más de diez mil indígenas; en 107, viven entre mil y diez mil indígenas, en 291, entre cien y mil y, en 83, viven cien como máximo.

Hace unos 20 años, el profesor José Bessa Freire registraba una población de 350.000 indígenas que hablaban cerca de 180 lenguas diferentes, ninguna de ellas superaba los 35.000 hablantes, solo 5 de esas lenguas poseían más de 5000 hablantes y aproximadamente 50 lenguas tienen menos de cien hablantes, el idioma portugués circula en las comunidades como lengua de asuntos oficiales y formales, mientras que las lenguas indígenas son consideradas como “jergas, dialectos ágrafos, sin gramática y sin utilidad comunicativa por fuera de la comunidad”, un radio de acción que cada vez se restringe más al paso del tiempo.

En 2010, el Censo del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), contabilizó por primera vez 274 lenguas indígenas, a partir de la auto-declaración de los hablantes. Sin embargo, los lingüistas calculan que el número oscila entre 160 y 180, considerando que muchas pueden ser variedades de una misma lengua.

El Museo Maguta, instalado en Benjamín Constant, municipio ubicado dentro del estado de Amazonas, es una casa de arquitectura sencilla, con galerías circundantes, cinco salas de exposiciones, una pequeña biblioteca, rodeada de un jardín. En el interior, las colecciones formadas, en gran parte, con las obras de artistas ticuna: máscaras rituales, pintura sobre paneles decorativos de corteza, esculturas de madera y cocotero, collares, cestas, hamacas y bolsos, así como artefactos, hoy ya en desuso, que fueron reconstruidos a partir de fotografías antiguas pertenecientes a museos etnográficos.

Constantino Ramos López Füpeatücü fue responsable de la biblioteca especializada que nacería antes del Museo, a finales de los años 80, a partir del Centro de Documentación e Investigación del Alto Solimões Maguta. Por aquellos años, donde la violencia hacia los indígenas estaba atravesando etapas críticas, en especial en el área urbana de Benjamín Constant, ciudad multicultural emplazada en medio de la selva y en la triple frontera, la creación de un museo en ese momento podría verse como una afrenta. Constantino, sin embargo, mientras trabajaba en la biblioteca, preparó el acervo que se presentaría en el Museo Maguta y que de acuerdo con Bessa Freire (2012), llegaría a ser formado por un aproximado a “500 piezas, todas registradas, organizadas, documentadas y debidamente fichadas por este hombre, que fue capacitado para ejercer la custodia del acervo y para su dinamización”.

Este guardián de la cultura originaria participó en el equipo que preparó y montó la primera exposición del Museo, abierta al público en 1991. Se convirtió, en la práctica, en el primer indio museólogo, completando su formación en visitas a museos etnográficos en todo Brasil y en diversos países de Europa: Países Bajos, Francia, Noruega, Italia, Austria.

Los Ticuna se autodenominan como Magüta, que quiere decir “pueblo que pesca con vara", lo que remite la historia de su mito de creación. Su lugar de origen es el Igarapé Eware, en Brasil. Allí los héroes míticos Yoi e Ipi pescaron al pueblo Ticuna ya los demás pueblos existentes.

Teniendo en cuenta que el museo Maguta ha sido considerado un museo tribal que representó el fortalecimiento de la identidad y que a su vez habilitó la posibilidad de reclamar el territorio históricamente ligado al pueblo Ticuna, Constantino seguramente ocupa un lugar en esa memoria y en esa lucha, donde supo que los reclamos de identidad cultural se alcanzan desde la propia cultura, con elementos genuinos del contexto educativo.

Gracias a Constantino, los Ticuna tuvieron una cultura para compartir y un motivo por el cual resistir desde el propio recorrido de la historia.

Por Daniel Canosa
Fecha: 18/8/2021

Referencias:

Constantino, museólogo Tikunana canoa das almas
http://www.taquiprati.com.br/cronica/1007-constantino-museologo-tikuna-na-canoa-das-almas

Las Lenguas Indígenas, Brasil y la UNESCO en 2019 / JoseBessa Freire
https://cerlalc.org/las-lenguas-indigenas-brasil-y-la-unesco-en-2019/

IWGIA
https://www.iwgia.org/es/brasil/3737-mi-2020-brasil.html

Museo Magüta y su relación informativa con una ciudad amazónica / Soraia Pereira Magalhaes, Zuriñe Piña Landaburu
https://seminariohispano-brasileiro.org.es/ocs/index.php/viishb/viishbucm/paper/viewFile/352/22