Quizás sea momento de detenerse un poco a pensar que significa ser indígena y volver a nuestros valores

En nuestro camino hacia el pasado, hacia nuestras raices, nuestras fuentes, encontramos múltiples razones del por que de nuestra derrota frente al hombre blanco. La que me viene primero a la memoria es la que da cuenta del fin de la comunidad de mi tatarabuelo el lonko Vicente Catrunao Pincén. El, a diferencia de otros decidió llevar una lucha a muerte contra el winka y sus intereses politicos y económicos. Otros lonkos tomaron la opción de hacerse amigos del winka para salvar a su gente. También es bueno recordar que muchos huyeron hacia la Cordillera para salvar sus vidas.

Ninguno logró su objetivo: Pincén fue derrotado y su comunidad destruida y dispersada; los “indios amigos” fueron estafados y en muchos casos también sometidos; de estos los pocos que quedaron con algo de tierra hoy en dia están todos peleados entre si y en un marco cultural que va desde el fundamentalismo a la ignorancia total de su cultura y cosmovisión. Los que huyeron perdieron el vínculo con su territorio ancestral y hoy en dia luchan desde otro lugar legítimamente como indigenas pero ignorantes de su pasado.

En este ejemplo podemos ver como las decisiones de los lideres involucran directamente a la gente que representan, de alli que se vuelve imprescindible para quien pretende tener poder de decisión poseer una capacidad de discernimiento superior a la media y un conocimiento profundo de su cultura y cosmovisión.

Un lider no responde a ninguna autoridad o poder por encima de el sea, politica o religiosa, su prioridad es su gente. No hay partido politico ni religión que determine el buen juicio de un supuesto lider.

Hoy en dia frente a una situación similar a muchas del pasado, nos encontramos divididos y nos hacemos la pregunta si los lideres del momento están a la altura de las circunstancias.
Nuestra gente todavía hoy muere de hambre y es victima de muchas enfermedades. Sigue habiendo tuberculosis, chagas, cólera, y desnutrición que es la base de la mayoría de nuestras desgracias. Miles de hermanos son expulsados de sus tierras para expandir la frontera agropecuaria y si se resisten son reprimidos y asesinados. La contaminación de las mineras y petroleras hace estragos en los territorios indígenas tanto a los seres que habitan en ellos como a la Madre Tierra. No cesan las tomas de tierras por parte de los poderosos.

Estos temas son el fundamento de la existencia de lideres en la ciudad que pelean por los derechos de sus hermanos. Pero si sus fundamentos se basan en el interés personal, su pertenencia a determinada ideología politica o religiosa, su representación es inválida. El poder tiene sus propios representantes y no necesita de dirigentes cooptados para hacer su trabajo.

Confiamos en nuestros hermanos que pretenden representarnos frente al Estado y el gobierno. Solo esperamos que no repitan lo que algunos de nuestros ancestros hicieron sin tener en cuenta las consecuencias. Alguna vez hubo indígenas realistas y patriotas; los hubo unitarios y federales; todavía recordamos la batalla de San Carlos entre Catriel y Calfucurá y más recientemente la Marcha de los Pueblos que se hizo en mayo del 2010 donde dos grupos de hermanos lucharon por la representatividad de todos los pueblos de la Argentina y al final como siempre, todos perdimos.

Quizás sea momento de detenerse un poco a pensar que significa ser indígena y volver a nuestros valores. Si no lo hacemos a nuestra manera ya sea que ganemos o no, habremos perdido lo más importante, a nosotros mismos.

Por Luis Eduardo Pincén
Fecha: 7/3/2016