Quienes formamos parte del Orejiverde nos encontramos en un momento muy duro por la partida imprevista de nuestro Director, pero sobre todo amigo, Carlos Martínez Sarasola.

Resulta dolorosamente difícil dimensionar desde la palabra el recuerdo de esta gran persona, quizás porque uno entiende que el tiempo que se corresponde con Carlos es el presente, el día siguiente, el ahora, y no esto que nos dicen de que partió sin despedirse, a ser parte del viento como afirman los hombres de la tierra.

No sé donde estarás Carlos pero queríamos que supieras, si fuese posible, que con tu partida se fueron pedazos de nosotros, y que nos queda la tristeza de tener que imaginar, de aquí en adelante, un mundo sin tu presencia, un mundo sin Carlos Martínez Sarasola.

Ahora entendemos que el verdadero Orejiverde estaba delante nuestro, porque más que nadie supo escuchar al otro, verdadero hombre-puente entre culturas, sabio, líder, buen consejero, un guía que nos eligió para hacer un diario sobre culturas indígenas, en tiempos de convergencias, de respeto por la diversidad y la búsqueda de entendimientos, realmente pocos han logrado generar tanta empatía en el mundo de los paisanos, y como prueba quedará en el recuerdo los múltiples encuentros en ceremonias indígenas, la palabra siempre esperada, el profundo conocimiento de su vocación.

Tenemos que continuar con tu legado Carlos, no sabemos como, porque hemos quedamos huérfanos, pero creemos que es lo que hubieras querido, así que habrá que mirar hacia adelante querido amigo, pronto de este árbol crecerán nuevas hojas, ojalá te poses de aquí en más en algunas de esas ramas, porque ahora todos somos tus razones, somos el Orejiverde, somos Carlos Martínez Sarasola.

Que en paz descanse tu alma. De parte del equipo del Orejiverde, a nuestro maestro.

2/6/2018