La Cámara Federal de Resistencia confirmó el procesamiento de un gendarme que participó de la matanza en la que fueron asesinados cerca de quinientos pilagá

Un crimen imprescriptible

La Cámara Federal de Resistencia confirmó el procesamiento sin prisión preventiva de un gendarme que, en 1947, participó de la denominada “Masacre de Rincón Bomba”, donde se reprimió y asesinó a cerca de 500 indígenas de la etnia pilagá en el paraje Rincón Bomba y en sus alrededores, provincia de Formosa. Años atrás, se presentó la denuncia en la justicia federal y ahora, a 68 años de los hechos –se cumplieron el pasado 10 de octubre– la Cámara ratificó que se trata de delitos de lesa humanidad y, por ende, imprescriptibles porque se trató de “una masacre contra originarios de la etnia pilagá a manos de sujetos que desempeñaban funciones para el Estado”.

La matanza de Rincón Bomba incluyó un ataque con un avión armado con una ametralladora. Carlos Smachetti “disparó a mansalva a los originarios de la comunidad pilagá” desde el avión JU-52T-153 que había salido un día antes de la base aérea El Palomar. Smachetti era uno de los que estaba a bordo junto con otro piloto, dos mecánicos y un radio operador. Con casi 97 años, es el único imputado en la causa y fue procesado en 2014 por delitos contra los derechos humanos. La Cámara Federal de Resistencia confirmó su procesamiento sin prisión preventiva.

Los jueces Aguilar y Order sostuvieron que actuó “con conocimiento y voluntad dirigidos a la consumación del delito involucrado” y confirmó el procesamiento por “homicidio agravado por alevosía, en reiteración de hechos, con el concurso premeditado de dos o más personas, en concurso real, en calidad de partícipe necesario” en el marco de delitos considerados por los magistrados con “carácter de lesa humanidad”.

Veinte dias de hechos aberrantes

Todo sucedió entre el 10 y el 30 de octubre de 1947. Poco antes habían comenzado a llegar a la zona de Rincón Bomba familias enteras de comunidades pilagá, porque estaba Tonkiet, un hombre que sanaba con su palabra. Los indígenas cantaban y realizaban alabanzas. El aumento de personas sirvió de excusa: cerca de allí, se encuentra la localidad de Las Lomitas y el Regimiento 18°, de Gendarmería Nacional.

En un comunicado enviado a las autoridades nacionales se sostenía que encabezados por Pablito Navarro (Oñedié) estaban los pilagá en “actitud de franco alzamiento” y eran “irreductibles” e “intransigentes”. A esto se sumó el rumor de un posible malón y un ataque inminente a Las Lomitas. Llegaron las advertencias a los indígenas, por parte del entonces administrador de la reducción de Bartolomé de Las Casas, Abel Cáceres, que les dijo que debían ir hacia allí. Pero caciques y sabios decidieron no retirarse.

El entonces director general de Gendarmería, Natalio Faverio, dio la orden de desplazar fuerzas para el “madrejón” (cauce seco de un rio) adonde estaban las tolderías de los indígenas. El 10 de octubre por la tarde comenzó la matanza. Los gendarmes rodearon el lugar y empezaron a disparar con ametralladoras y fusiles. Durante varios días, hombres, mujeres y niños fueron perseguidos, asesinados y desaparecidos. Los niños capturados fueron enviados a recibir “educación católica” y sus padres no los volvieron a ver. Los que pudieron escaparse se fueron a las localidades de Campo del Cielo y Pozo del Tigre. La persecución incluyó la participación de la Gendarmería, la Fuerza Aérea y la entonces Policía de Territorios Nacionales.

El pueblo pilagá y su lucha por la memoria y la justicia

El 1 de abril de 2005 la Federación Pilagá inició una demanda civil contra el Estado nacional, reclamando una indemnización económica por la matanza. La denuncia fue patrocinada por los abogados Julio García y Carlos Alberto Díaz y presentada en el Juzgado Federal de Formosa, a cargo del juez Mario Bruno Quinteros.

Esta demanda de características inéditas en el derecho argentino, fue fundada en el principio de la imprescriptibilidad de los crímenes de lesa humanidad, calidad que los reclamantes atribuyen al hecho. Recibida la demanda el juez encomendó a un equipo forense la investigación correspondiente en el lugar referenciado, hallando restos de 27 cadáveres compatibles con el hecho denunciado.

Las memorias personales de las víctimas, sus hijos y testigos de la zona dieron cuenta de los hechos en el documental “Octubre pilagá, relatos sobre el silencio”, realizado en 2009 por Valeria Mápelman.

La Federación del Pueblo Pilagá de Formosa conmemoró un año más de la matanza. Ángel Navarrete, presidente del Consejo de Ancianos, manifestó: “ahora se está destapando lo que estaba tapado desde hace mucho años. Tenemos que estar bien unidos para que se haga la justicia”.

Fuentes: http://www.infojusnoticias.gov.ar / Indymedia /Agencia Periodística Timbó
Fecha: 29/10/2015