Solsticio de verano andino LA FESTIVIDAD DEL QHAPAQ RAYMI

Cada 21 de diciembre, cuando se produce el solsticio de verano, los pueblos indígenas andinos celebran el Qhapaq Raymi, la fiesta mayor del sol. Es un momento muy importante para los pueblos indígenas, que marca el cambio de un tiempo a otro en el ciclo de la vida.
Así como el 21 de junio, en el solsticio de invierno, se celebra el regreso del sol con el Inti Raymi y el inicio del ciclo de siembra, el 21 de diciembre marca el momento en el que el sol está en su máximo esplendor. Es un tiempo de adoración, agradecimiento y celebración de la vida que nace.
QHAPAQ RAYMI
"El término Qhapaq, - nos informa Garcilaso- quiere decir rico; pero no de fortuna, sino de excelencia y grandeza de espíritu” (Comentarios Reales, Libro octavo, Cap. VII).
La vida del hombre andino está vinculada permanentemente a la madre tierra (Pachamama) y al mundo cósmico (Hawa Pacha). Del universo sideral recibimos la fuerza vital (qamaqen) que influye en nuestro pensamiento y en nuestro comportamiento. Son las montañas sagradas (Apukuna) los lugares donde la energía cósmica llega con mayor fuerza. El maestro ceremonial andino (willaq Umu, Yatiri, Hatun pamapayuq) se aproxima a su montaña sagrada y se nutre de dicha energía vital.
El inicio del solsticio de verano en el hemisferio sur de nuestro planeta tierra, el 21 de diciembre, es el mayor acercamiento al Tata inti hacia nosotros. Su influencia se manifiesta en todo sentido. Por ejemplo, vuelve la estación lluviosa y se intensifica entre enero y marzo. Los campos andinos se cubren de un manto florido. Aumentan las fuentes de agua, elemento vital para la madre naturaleza (pachamama) y, consecuentemente, para los seres humanos y todo los seres que viven en ella.
Es tradición milenaria que el 21 de diciembre se celebra el ciclo nuevo (Mosoq inti wata) y la gran fiesta ancestral del padre Sol (qhapaqraymi) y de los gobernantes andinos (Qhapaqkuna), de los sabios quechuas (Amawtakuna), de los sacerdotes andinos-quechuas (WillaqUmukuna) y, por extensión, la gran fiesta de los andino-quechuas (Hatun Runakunaparaymin).El tata inti que proporciona calor y vida a la Pachamama es objeto de admiración e infinita gratitud del hombre andino. El Inka el hijo del padre Sol, era reconocido como un personaje magno y poderoso (Qhapaq), digno de respeto, admiración y cariño de su pueblo.
En el siglo XXI, si bien el espacio y el tiempo ya no son de hace quinientos años, pero el sol dentro de su sistema, sigue dándonos calor y vida. Podemos decir que así como celebrará el Inca, hoy siguen celebrando sus descendientes, del Tawaintisuyo ; los sacerdotes andinos, los amawtas, los varayuc, los que aman y difunden sus idiomas. El ciclo nuevo andino y el qhapaq raymi.
Esta costumbre antiquísima, característica de la cultura andino-quechua pervive en el pensamiento, en el sentimiento y en la actitud de los andinos y andinas que se identifican con su cultura. Su expresión concreta está en la práctica de los hombres y mujeres espirituales, amawtas andinos que a través de su ritos; en la música ancestral (Takikuna), en la diversidad de danzas (Qutsuwakuna), en la lectura de los astros (Qoyllurkunatañawichanku), y su aplicación en las actividades agropecuarias y en la vida cotidiana de los andino-quechuas. Tal es el sentido y significado del ciclo nuevo andino (Mosoqinti wata) y de la gran fiesta de los gobernantes andinos (QhapaqRaymi).
Hacemos crecer el agua y la vida
Conversamos con el abuelo Lorenzo me decía: “en esta época nosotros hacemos nacer a la naturaleza, nosotros sembramos el agua donde está la tierra seca, en este tiempo de diciembre las plantas están creciendo, la semilla ha brotado del vientre de su madre, ahora ya es una planta, pequeñita y llena de vida. Este tiempo es una fiesta de la Naturaleza abundante. Nosotros cuando hay sequía, helada o granizo, hacemos ofrenda con una petición de energías unidas de nuestra población humana, animal porque somos parte todos, le pedimos al Hanan pacha, hatun, Tatay, machula, pedimos al creador poderoso del tiempo y espacio. Nosotros sembramos el agua dónde está seco y nuestros apus, machulas nos hacen caso. Entonces hacemos nacer el agua, los brotes de vida. Hay que vivirlo para creerlo y estar en la montaña para entender nuestras ceremonias como el Qhapaq raymi”.
La ceremonia del Qhapaq Raymi o la gran fiesta de la nueva vida, ancestralmente se celebraba con mayor majestuosidad que en los tiempos actuales. Pues como se trataba de una festividad dedicada a la continuación de la vida, estaba explícitamente dedicada a las nuevas generaciones, a los niños y jóvenes, que luego del gran ritual pasaban a formar parte viva, activa y sujetos de la sociedad en sí.
ILLAPACHA
Por su parte los hermanos aymara también celebrarán este día con ceremonias a sus illas e ispallas. Este 21 de diciembre del 2020 celebran la fiesta de las illas e ispallas caminando junto con el ayni y muyu de la pacha de los andes.
Como sabemos la Iglesia cambió muchas fechas de nuestras ceremonias, e impuso algunas sobre nuestras festividades tal es el caso del illapacha. Antes de la imposición religiosa, las naciones originarias festejaban la fiesta del Ekeko en octubre, tiempo en que preparaban las illas. En 1781, luego del fin del cerco a la ciudad de La Paz por Túpac Katari, el gobernador Segurola, para celebrar su triunfo y en devoción a la Virgen del Carmen, la trasladó al 24 de enero, motivo por el que hoy se realiza para esa fecha la fiesta del Ekeko conocida como Alasitas, festividad que compartiremos en Enero.
Según el diccionario de aymara de Bertonio (1612) el concepto illa es “cualquier cosa que uno guarda para provisión de su casa, como chuñu, maíz, plata, ropa y aún las joyas”. También se le designa como una deidad del reino animal o un espíritu que cuida y multiplica a los animales, plantas y bienes domésticos. Según Ponce, es “una pequeña estatua protectora fabricada por los kallaguayas”. Las más populares son el chachailla y el warmiilla, que conforman el warmimunachi, entre otras interpretaciones sobre este importante símbolo de fertilidad. Asimismo, tenemos a las ispallas, “deidad de todos los plantíos comestibles, cada especie tiene su propia ispalla, así por ejemplo la mamá ispalla es la protectora y bienhechora de la papa, y por extensión de lo que se produce en el mismo terreno en los años siguientes del ciclo rotativo” (Xavier Albó). Aún hoy los jóvenes realizan estas warmimunachi, talismanes simpáticos del amor.
El carácter agrocéntrico de las culturas indígenas, hasta el día de hoy, tiene su calendario que se mantiene como un ordenador de la vida. Así, entre el 21 y 22 de diciembre se inicia el solsticio de verano, cuando el sol está sobre el trópico de Capricornio y el calor pone a los sembradíos en maduración. Es el momento en que el trabajo agrícola no es muy exigente y hay espacio para la fabricación de la cerámica, los textiles y la preparación de la gran fiesta del Anata, el tiempo húmedo, el Jallu Pacha, vuelta a la vida.
TAQI CHUYMAMPI
Con todo corazón y ser
TAQI AJAYUMPI
Con todo espíritu
LLAMP'U CHUYMAMPI
Con humildad
QHANA CHUYMAMPI
Con toda claridad, sinceridad
CH'AMAMPI
Con fuerza
QAMASAMPI
Con coraje
AYMAR ARUX
La lengua aymara
CHIKAKIW
Juntos
JUK'AT JUK'AT
Poco a poco
SUM YATIQAÑÄNI
Aprendamos bien
(Luis Hamachi)
Por Amalia N Vargas. Pukio Sonqo
Fuentes:
Ludovico Bertonio (1612) Transcripción del Vocabulario de Lengua Aymara. Radio San Gabriel.
Garcilaso de la Vega (1609) Los Comentarios reales de los incas Lisboa.
Fecha: 21/12/2020
- Fuente
- Escrito por Amalia Vargas Pukio Sonqoy
- Categoría: Toda la tierra es una sola alma