Lila Downs mixteca: identidad y chocolate picante desde las montañas de Oaxaca

En el marco de la gira de de su último disco, Balas y chocolate, la reconocida cantante visitó la Argentina para su presentación. Cantó el 21 y 22 de agosto en el Teatro Gran Rex de la ciudad de Buenos Aires. ElOrejiverde estuvo alli.
Nació en las elevaciones mixtecas de Oaxaca, y vivió entre las montañas con sus padres, que pertenecían a mundos diferentes. Su madre, Anastasia Sánchez, era una indígena de la región mixteca que solía cantar en un café de Oaxaca. Su padre, Allen Downs, era un biólogo, cineasta y fotógrafo de Minnesota que se enamoró después de escucharla una de esas noches. Lila creció entre dos culturas. Durante su infancia y su adolescencia alternó largas temporadas en México y Estados Unidos, pero luego de la muerte de su padre se instaló en Oaxaca para terminar sus estudios. Y más tarde hizo las valijas otra vez para estudiar canto clásico y antropología social en la Universidad de Minnesota, donde obtuvo la licenciatura en la primera carrera y egresó de la segunda con una especialización en los textiles indígenas de la región mixteca.
Lila Downs es una de las voces femeninas más destacadas del arte y la cultura latinoamericana. Compositora, intérprete, productora, actriz, antropóloga, una mujer multifacética que deja todo en el escenario, derrama aromas de chocolate picante y muestra el halo de su identidad en cada movimiento.
El arte mexicano y la profundidad del arte indígena como expresión del alma, han formado sus modos y su espíritu. La estética de sus trajes y accesorios, incluye símbolos y colores vivos de la cultura mexicana. En el escenario impone su presencia desde sus canciones, y deja en claro que no tiene intenciones en abandonar sus raíces.
En la escena
Balas y chocolate es su octavo disco de estudio y el que la consolidó como una voz célebre en todo el continente. En esta visita a la Argentina extendió su recorrido a provincias como Salta, Santa Fe, Córdoba y Mendoza. Se presentó el 21 y 22 de Agosto en el Gran Rex de Buenos Aires, con Adriana Varela y Soledad Pastorutti como invitadas, para culminar su visita. El álbum es una alusión a los tiempos agridulces que se viven: por una parte la violencia por otra los excesos y el placer representados por el cacao, manjar de los Dioses, fruto que permanece.
Lila Downs le canta al amor, al desamor, a la pasión, a la sensualidad pero también a la justicia, a la igualdad, a la libertad y a los sentimientos que la sociedad latinoamericana tiene hoy a flor de piel debido a los acontecimientos políticos y sociales que enfrenta la región.
Fuente: Noemí Amalia Vargas
Fecha: 28/08/2015
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- Escrito por Noemí Amalia Vargas
- Categoría: Toda la tierra es una sola alma