LOS CACIQUES (Segunda entrega)
Segunda entrega sobre Los Caciques una reseña de una parte de la historia focalizada en la región de Pampa y Patagonia, y especialmente la pampa -o las pampas, como también se la conoce- porque fue allí que se jugó, hacia fines del siglo XIX el destino de una Argentina sin los pueblos originarios
RANKÜLLCHE
Los ranküllche o ranqueles fueron los señores de la Tierra en el centro de la actual provincia de La Pampa, con tres asentamientos distintivos en Leuvucó, Poitahué y El Cuero. Es una etnia consolidada a partir del siglo XVII a XVII con el aporte de distintos grupos como los tehuelches septentrionales (querandíes), pehuenches “araucanizados” y hulliches.
Los linajes principales fueron el de Yanquetruz (luego Pichuín Gualá, Manuel Baigorria –Baigorrita y Lucho Baigorrita) en Poitagüe; el de los Zorros (Gnerrë, Güor) a partir de Painé Gnerrë (seguido por Calvaiñ Huaiquigñër o Galván Rosas; Mariano Rosas o Panguitruz Gnerrë, y Epumer (Epugñër) Rosas, en Leuvucó; y finalmente el de Carripilon, del cual se asumiría como descendiente el cacique Ramón “Platero” Cabral en la zona de la laguna de El Cuero.
Mantuvieron una autonomía étnicocultural y politica respecto a los pueblos mapuche y tehuelche, aunque reconocen en ellos sus orígenes.
MAPUCHE
Calfucurá (Kallfükura, Kalfukurá, Callvucurá, de Kallfu: azul; Curá: piedra) fue el cacique indígena más poderoso de las pampas argentinas, liderando a miles de guerreros que reunió bajo la Confederación de Salinas Grandes entre 1832 y 1873. Pertenecía probablemente al linaje huilliche, que junto a picunches, mapuche strictu sensu y “pehuenches araucanizados” integraban el gran tronco mapuche que constituyó la base de la población indigena de los ”salineros” en el centro de las pampas.
“Guerrero, politico y brujo” como lo definió Yunque (1956:227) la gran mayoría de las fuentes mencionan los poderes de Calfucurá por encima de sus dotes de caudillo y lider de los pueblos indigenas de la pampas. Las tradiciones dicen que de pequeño había encontrado la famosa piedra azul que lo protegía y que dio origen a su nombre (Bengoa 1987: 101).
Fue también un estratega nato, con una gran habilidad para la diplomacia, la que puso en práctica durante el gobierno de Rosas, período de una relativa calma en la frontera. Durante ese tiempo, Salinas Grandes y Buenos Aires se convierten en dos centros de poder con un intenso intercambio y variadas vinculaciones.
Morirá libre, en sus toldos en 1873, rodeado de sus caciques, capitanejos y hombres de lanza, y poco después de su última gran batalla, dejando una orden final : “No entregar Carhué al huinca”. Fueron sus últimas palabras.
Un gran parlamento se reúne a la muerte de Piedra Azul. De los tres hijos propuestos, es Namuncurá (Pie de Piedra) quien ofrece más garantías: leal a la memoria de su padre; su segundo incondicional en los grandes combates; con una tradición guerrera emblemática, Manuel Namuncurá es la figura de relevo natural.
Negociador consumado (especialmente con las autoridades de la Iglesia a través de las gestiones llevadas a cabo con el arzobispo Aneiros), el nuevo lonko de los araucanos no deja de utilizar la vía del enfrentamiento cuando las circunstancias lo exigen, siendo uno de los últimos caciques en caer derrotado. Antes de eso encabezó lo que se llamó la “invasión grande”, una gigantesca operación indígena sobre las puertas de Buenos Aire .
Por El Orejiverde
(El presente texto es extracto de fragmentos de los libros “Nuestros Paisanos los Indios” y La Argentina de los caciques” de Carlos Martínez Sarasola)
Ilustración de Francisco Madero Marenco
Fecha: 23/05/2022
- Fuente
- Escrito por El Orejiverde
- Categoría: Toda la tierra es una sola alma