Tres comunidades de familias guaraní kaiowá de Kurusu Ambá (Coronel Sapucaia, Mato Grosso do Sul, Brasil) fueron atacadas en sus territorios por grupos armados de “fandezeiros” (terratenientes) y parapoliciales, que incendiaron viviendas, destruyendo y apropiándose de las pertenencias de sus pobladores.

Ocurrió el pasado 31 de enero y según informan desde el Consejo Indigenista Misionario (CIMI), “sucedió en territorios de pleno dominio de las comunidades según ratifica el Supremo Tribunal Federal”.

Se trata de una zona distante a unos 500 km de la provincia de Misiones en Argentina, donde desde hace varios años las comunidades guaraní kaoiwá, vienen denunciando un genocidio que ya se cobró la vida de más de 300 personas de este pueblo, incluyendo varios líderes que son asesinados por ponerse al frente de las luchas por la demarcación territorial y la efectiva posesión de las tierras que les fueron despojadas por grandes terratenientes que proyectan agronegocios en sus territorios ancestrales.

El 13 de enero se cumplió el decimotercer aniversario de la muerte de Marcos Veron, un líder indígena guaraní asesinado por sicarios de un terrateniente en la misma comunidad donde se producen ahora estos ataques, conocida como Takuara.

Las fuerzas de seguridad fronteriza DOF están presentes en la región pero todavía deben implicarse más para evitar la violencia en el área, que los guaraníes describen como “zona de conflicto”. Los guaraníes han denunciado que DOF está proporcionando apoyo a los terratenientes.

El comportamiento de este organismo ha llevado al Jefe de la Comisión de Derechos Humanos del Congreso brasileño a declarar que DOF “actúa como seguridad privada ostensiblemente (…) para intimidar a los líderes [guaraníes] con los terratenientes”. También añadió que “estamos hablando de un asunto que es absolutamente posible resolver (…) Todo el mundo debería estar interesado en hablar de ello”.

La lideresa guaraní Valdelice Veron dijo: “Pedimos el apoyo de todos ustedes, por todo el mundo. Estamos aquí, en nuestra tierra indígena Takuará y no nos vamos a marchar.”

Justamente desde CIMI señalan que ya se han realizado las denuncias en los ámbitos correspondientes, pero a sabiendas de que el sistema judicial suele en la mayoría de los casos ser parte del problema. También observan que “no se explica que ninguna fuerza de seguridad garantice la seguridad de las comunidades ante estos ataques terribles que se cobran vida, heridos, y que expone a situaciones extremas a la población”.

Por estas horas, las familias que perdieron todo con los incendios ocasionados por los “fazendeiros”, improvisaron un campamento donde permanecen a la espera de soluciones. Se teme, reconocen en CIMI, por nuevos ataques si la Justicia y el gobierno no garantizan la seguridad a las comunidades guaraníes.

Delegados del Concejo Continental de la Nación Guaraní (CCNAGUA) también se encuentran denunciando lo ocurrido, mientras se avanza en la organización de acciones que apunten al cese inmediato de los ataques contra el pueblo guaraní kaiowá en esa región del Brasil. También el Equipo Nacional de Pastoral Aborigen, expresa su abierta solidaridad con las comunidades atacadas.

Genocidio y recuperación de tierras

Los guaraníes constituyen el pueblo indígena más numeroso de Brasil, donde aún viven alrededor de 51.000 personas. Muchos otros habitan en los vecinos Paraguay, Bolivia y Argentina. El pueblo guaraní de Brasil se divide en tres grupos: los kaiowá, los ñandeva y los m’bya. El mayor de ellos es el de los kaiowá (“pueblo del bosque”) en un número aproximado de 30.000.

Durante el IV Encuentro Continental de la Nación Guaraní realizado en la provincia de Misiones en 2015 y al cual asistió ElOrejiverde, un grupo de líderes kaiowá guaraní del Mato Grosso do Sul lograron arribar tras salir escondidos de sus comunidades.

Allí denunciaron que “El genocidio contra los pueblos indígenas empezó en la década de 1910, con la colonización, cuando el Estado, a través del Servicio de Protección al Indígena (SPI) —hoy Fundación Nacional del Indígena (FUNAI)— creó las primeras reservas. Nos despojaron de nuestra tierra para llevarnos a esas reservas. Por eso estamos recuperando nuestros territorios. Pero ellos (los fanzendeiros) quieren seguir con sus grandes plantaciones de soja, de caña de azúcar, de ganadería, en nuestros territorios, por eso nos matan y persiguen”.

Tiempo atrás, los kaoiwá enviaron una carta abierta a la presidente Dilma Rousseff la cual manifestaba: “qué bueno que usted haya asumido la presidencia del Brasil, es la primera madre que asume esa responsabilidad. pero, queremos recordar que para nosotros la primera madre es la Madre Tierra, de la cual somos parte y que nos sustenta desde hace millares de años. Nos robaron a nuestra madre, la maltrataron, hicieron sangrar sus venas, dañaron su piel, quebraron sus huesos. ríos, peces, árboles, animales y aves… todo fue sacrificado en nombre de lo que llaman progreso. Para nosotros es destrucción, es matanza, es crueldad. Sin nuestra madre tierra sagrada, nosotros también estamos muriendo poco a poco. Por eso estamos haciendo este llamado al comienzo de su gobierno. Devuelvan nuestras condiciones de vida que son nuestros “tekoha”, nuestras tierras tradicionales. No estamos pidiendo nada de más, solamente nuestros derechos que están en las leyes de Brasil y a nivel internacional…”
Nunca obtuvieron respuesta.

Ante la falta de demarcación y restitución de sus tierras ancestrales por parte del Estado brasileño, en los últimos años el pueblo kaiowá viene encarando un proceso de recuperación de estos territorios. Cuentan desde el CIMI: “Son terrenos que fueron invadidos en forma ilegal dentro de los límites de las tierras indígenas que ya han sido reconocidas por la Presidencia de la República, pero su asignación final a los dos pueblos nativos permanece bloqueada por la justicia desde septiembre de 2005.Es por ello que los indígenas, hartos de la dilaciones del Estado y cansados de los saqueos por parte de los terratenientes, deciden directamente tomar las tierras, recuperarlas”.
La última de estas movilizaciones e Mato Grosso do Sul se produjo el martes 15 de septiembre en el municipio de Municipio de Iguatemí, donde cientos de kaiowá ocuparon una “fazenda”.

“Nosotros tenemos arcos y flechas y nuestra fuerza espiritual. Ellos tienen armas de fuego, dinero, jueces, periodistas. Pero vamos a resistir hasta lo último”, sostuvieron.

Se cree que los ataques se produjeron en represalia al intento de reocupación territorial llevado a cabo por los guaraníes hace unos días. Aunque según la legislación brasileña y el derecho internacional ellos tienen derecho a sus territorios ancestrales, estos están siendo amenazados muy seriamente para dar paso a haciendas ganaderas y plantaciones. Los terratenientes envían pistoleros con frecuencia para atacar a los guaraníes y asesinar a sus líderes, en un intento de mantenerlos alejados del territorio.

“Este ataque particular no es un hecho aislado: asistimos a un episodio más de brutalidad y a un ciclo de violencia sin fin contra los guaraníes”, expresó Stephen Corry, director de Survival.“La violencia es sistemática” añadió- y empeora por el hecho de que las fuerzas de seguridad brasileñas están, deliberadamente, quedándose al margen y permitiendo que se produzcan los ataques. Esta cultura de impunidad se está cobrando vidas y destruyendo a los guaraníes. Brasil necesita devolverles a ellos su tierra: es la única solución”.

Fuentes: http://www.prensaindigena.mx/web/ Survival / Sergio Alvez, director; http://revistasuperficie.com.ar, / ElOrejiverde
Fecha: 22/2/2016